Título: Hard to love.
Autor: EunKyo
Pareja: YooSu
Género: drama, psycho(?
Extensión: One-Shot
Nota: Un poco de ChunJae, solo al comienzo.
Junsu los miraba desde un lugar alejado. Miraba con envidia esa
felicidad en el rostro de ambos; esa felicidad que el mayor le ofrecía a su
amor, a ese quien debería estar con él ahora mismo.
Llevaba cerca de 3 meses planeándolo todo. Yoochun seria para él, de
cualquier manera. No cruzaba otra idea –más que esa- por la cabeza de Junsu.
***
Para JaeJoong y Yoochun era como cualquier otro día… hermoso por el
simple hecho de estar juntos; ambos salieron a una cita. Unieron sus labios en
un beso corto lleno de amor, entrelazaron sus manos y caminaron tranquilamente.
El destino tenía todo planeado, el destino que Junsu se encargara de
crear. Basto solo un momento para acabar con la vida de alguien. Bastaron solo
unos segundos para terminar una ilusión.
Junsu presiono el gatillo, que apuntaba directamente a JaeJoong. Las
balas viajaron rápidamente, incrustándose en el pecho del chico.
Yoochun se quedo paralizado, mirando por última vez esos ojos oscuros aun con
vida. Mirando la belleza de quien fuera su amor.
Cuando salió de ese estupor, se arrodillo justo al cadáver del rubio.
Gritaba, lloraba y pedía auxilio, una ayuda que
sería inútil. La vida se había evaporado de ese ser lleno de belleza.
Junsu sonrió satisfecho y huyo del lugar. Nunca sabrían que fue él.
Quien podría declarar… nadie lo vio. Nunca nadie supo de él.
Y ahora sería su momento, el momento en que tendrá a Yoochun para él,
exclusivamente para él. El brillo malicioso cruzo nuevamente en sus ojos
caramelo.
Arranco el coche, mirando por última vez la escena de un Yoochun
destrozado, por la repentina perdida de su pareja. Llego a su hogar, riendo malvadamente al ver todas esas
fotografías de Yoochun y las de ambos chicos. Tacho en su lista el nombre de
JaeJoong. “Listo, ahora nadie podrá quitarme a mi Yoochunnie, él es solo mío,
de nadie más” Guardo su arma, guardo
todo muy bien. Tomo un baño de agua tibia para relajarse, para bajar su
excitación.
***
Yoochun se encontraba en un estado de shock, no podía asimilar el
perder a Joongie. Una ambulancia llego, pero era tarde y Park lo sabía. Nadie
puede sobrevivir a una serie de disparos, que certeros destrozaron los órganos
internos.
La policía llego y ayudo a Park, lo llevaron a él, mientras las
autoridades correspondientes se hacían cargo del cuerpo del fallecido hombre.
Yoochun declaro todo lo que pudo y lo mejor que sus sentidos aturdidos lo
dejaban. Al llegar a casa, se sintió vacío, sus lágrimas calientes bajaron por
sus mejillas, sin oponer resistencia… camino perdido dentro del que fuera la
casa de ambos.
El aire aun conservaba el perfume de Kim, los sollozos y gritos
desgarradores brotaban de su garganta. Se dejo caer en medio de la estancia. A
oscuras, sin querer beber y comer algo, pasaron varios días.
Tuvo que regresar al trabajo, tenía que superarlo. Su corazón aún
dolía, y su mente reproducía esas últimas imágenes de esos ojos grandes y
expresivos. De ese rostro que aun en su último respiro no dejo de amarlo.
El tiempo paso, y Yoochun cambio su ritmo de vida, todos los días iba
a tomar a cualquier bar, después del trabajo, se ahogaba en alcohol. Mientras
Junsu lo observaba desde un lugar más cerca de lo que antes. Junsu tenía
paciencia, tenía demasiada, para esperar el momento perfecto para poder llegar
y actuar frente a Yoochun.
Ya había pasado cerca de siete meses desde lo sucedido. Yoochun se
notaba desmejorado físicamente. Conservaba su trabajo gracias a que su jefe,
era su amigo. Todo cambio para Yoochun,
ese viernes último del mes de agosto.
Había terminado en el bar llamado “KNOX” que se convirtió en el que visitara
frecuentemente, ese viernes pintaba para ser como todos los otros
transcurridos. Pero no fue así, la razón fue sencilla… Park conoció a un chico
de hermosos cabellos castaños. Sonrió como en esos casi medio año no había
hecho. Su corazón comenzó a latir, poso
su mano sobre su pecho…
“Vaya, aun tengo corazón, aún vivo!”. El joven castaño,
ocupo el lugar siguiente a él, en la barra. Y la respiración de Park, se volvió
acelerada y entrecortada. Volteo y correspondió a la glacial sonrisa que le
regalo el lindo chico. “Hola” pronuncio el pelinegro sin saber el porqué.
“Hola, que tal tu día?” Respondió el chico. Con una sonrisa en el
rostro. “Bien… demasiado trabajo, el tuyo?” La charla fluyo entre ambos. Las
copas iban y venían. Hubo un intercambio de risas y miradas… “Y cuál es tu
nombre?” había preguntado el chico curioso. Que para sus adentros contesto –Park Yoochun-
él lo sabía todo del pelinegro. “Park,
Park Yoochun, cual es el tuyo?” “Kim Junsu, es un placer conocerte, Yoochun-ah”
estrecharon sus manos. Y una corriente
electrizante recorrió a ambos cuerpos. Intercambiaron números y quedaron de
verse al día siguiente.
Camino a casa, Yoochun meditaba sobre todas y cada una de las
sensaciones que albergo su cuerpo desde que lo vio entrando al bar, Junsu, era
todo lo que rondaba por los pensamientos del pelinegro.
Mientras tanto, Junsu miraba a Park entrando a su departamento, antes
de arrancar y dirigirse al propio. La sonrisa que estaba plasmada en su rostro
no se le borraría fácilmente. Y el brillo que llenaba a sus lindos ojos,
simplemente era algo sensacional.
Agradecía eternamente el todavía estar estudiando y en lo que Yoochun
trabajaba, él asistía a clases… todo parecía estar hecho para ellos.
Llego a su pequeño departamento, prendió unas cuantas luces y fue
directamente a la cocina para comer algo, luego fue a su habitación y trato de
imaginarse un futuro con él, con su Yoochun.
El haber esperado tuvo su recompensa, pensó. O al menos eso parecía.
El día llego bello, perfecto para salir. Yoochun despertó con renovada
energía. Se despertó con una sonrisa en los labios. Y de un humor bastante
bueno. Se ducho, desayuno y espero un poco para llamar a Junsu. Pero le
sorprendió que fue el chico, el quien mando primero un mensaje. Respondió
rápidamente, ansioso por una respuesta.
Su celular sonó casi al instante. La respuesta era clara… “Nos vemos en una hora, donde tú quieras
;D”
Puso lugar y se levanto para
cambiarse, entro a su recamara y no sabía que ponerse, formal o algo más
cómodo? Nunca se había sentido así…
nunca se había preocupado por cómo se veía.
Cuando llego al lugar acordado, faltaban 10 minutos para que fuera la
hora. Se sentó y espero por Junsu. Miraba alrededor con una ansiedad mal
disimulada.
******
Junsu llego y sonrió con autentica felicidad cuando lo vio sentado,
esperando por él. Se aliso la camisa, que no necesitaba arreglar, se arreglo el
pelo un poco y camino con paso seguro hacia ese chico hermoso. No sabía que planeaba el pelinegro para ellos,
pero… Kim si sabía el futuro que ambos debían tener y de una u otra forma
lograría llevarlo a cabo.
“Hey Yoochun-ssi, tienes mucho esperando?” pregunto al llegar.
“Oh, Hola Junsu-ah, acabo de llegar…” dejo la frase inconclusa, al mirar esas
mejillas coloreadas de un tierno rosa.
“Q-que miras tanto? Tengo una mancha? Donde?” comenzó a limpiar su rostro,
fingiendo no saber el porqué le mira.
“N-no tienes nada, solo observaba lo lindo que eres” dijo avergonzado, por
verse descubierto.
Las mejillas de Junsu volvieron a colorearse, ahora de un tono más intenso “Oh,
haces que me avergüence” el castaño se
sorprendió de sí mismo de lograr esa inocencia que llegaba a ser maquiavélica. El
pelinegro sonrió con coquetería.
El tiempo paso volando para ellos, disfrutaron de la compañía del
otro, de una comida deliciosa y un
postre exquisito. Park irradiaba felicidad… la desbordaba por cada poro de su cuerpo. Junsu, flotaba en una nube, no cabía de placidez.
Las salidas y las llamadas incrementaron su frecuencia. La amistad
creció; y no solo eso, algo más fuerte, una atracción inevitable. O eso pensaba
Park, pues para Junsu ese sentimiento ya existía desde mucho antes. Kim sabia que estaban destinados a estar
juntos, desde el primer instante que lo vio. Que observo esos ojos oscuros y
cálidos, esa sonrisa con galantería y a su vez tierna y única. Desde ese día
supo que no importaba como, pero estarían juntos.
Y aquel día, de octubre… en que Park declarara sus sentimientos hacia
el castaño. Ese día, Junsu derramo lágrimas, lágrimas de felicidad y de
victoria, él había cumplido su objetivo.
Una declaración concreta, sin
mucho rodeo fue lo que Park hizo para el menor.
Con rosas esparcidos por aquel jardín, palabras dulces y el “Sí, sí quiero ser
tu novio, Yoochunnie” por parte del castaño; fueron suficiente para hacer
vibrar el corazón del pelinegro.
Todo parecía normal… las citas, las comidas en el departamento del
otro, las cenas, todo… pero Park no sabía que no fue precisamente una
casualidad que se conocieran.
Meses después…
Junsu iba dos veces por mes al sepulcro de Kim JaeJoong, llevaba
flores recién cortadas, le pedía disculpas… lloraba su muerte, pues sentía
culpa… una cruel sensación que no lo dejaba descansar por las noches.
Tenía pesadillas en las cuales Yoochun descubría toda la verdad. Park
desengañaba todo y lo dejaba, declaraba que lo odiaba por haber hecho tal cosa,
que no lo amaba que él estaba obsesionado y necesitaba ayuda médica.
Tal era su pesar, que un día que el pelinegro se encontraba en el
trabajo. Quito de su departamento todas las pruebas de su espantoso acto. Quemo
fotografías, cartas, recibos y la pistola la vendió.
El ir a visitar el sepulcro, deshacerse de todas esas cosas calmo un
poco su malestar. Estaba feliz con Yoochun, sin embargo, la angustia lo
perseguía.
******
Yoochun fue a visitar aquel fúnebre lugar, al cual nunca le gusto
visitar. Llevaba flores y pensaba en contarle las noticias más recientes a
quien fue su primer gran amor.
Noto que tenía flores frescas, pero no le dio mayor importancia. Puso
las que él llevaba. Y comenzó con su discurso, algunas lágrimas brotaron de sus
profundos ojos. No tenía ya un gran agujero en su pecho. Ya no sufría al
recordarlo. Lo seguía amando de una manera especial.
De su mano resbalo su teléfono y cayó al suelo. Al recogerlo noto que
estaba una cadena ahí. La tomo también y
observo que era de Junsu… “Cómo… no hay
explicaciones lógicas para esto”
Se despidió de JaeJoong y fue directo a preguntar al guardia sobre las
visitas hechas a éste.
Averiguo que un joven de cabellos castaños iba dos veces al mes. Según las
señas que dio el guardia no era ninguno de sus amigos. No podría ser más que
Junsu… pero porque, se cuestionaba mentalmente Park.
Salió rumbo a su departamento, aun rondaban en sus pensamientos las
posibles hipótesis del por qué. Sin embargo, despejo su mente para no sufrir un
accidente.
Tuvo que actuar con naturalidad frente a Junsu. Tuvo que fingir que no
sabía nada. Sus investigaciones dieron pie a que descubriera aquel acto atroz
que Junsu cometiera casi ya dos años atrás. Investigo todo el pasado de Kim,
hablo con amigos, familiares y todo conocido.
Varios de ellos le contaron que tenía ciertas fijaciones con una
persona, sin embargo nunca dijo mucho sobre ella. Era obsesivo, necesitaba
ayuda médica. Pero Park no podía, no sabía cómo hacerle frente a una situación
tan complicada. No tenía otra opción que
darle la atención que necesitaba. Con el dolor de su corazón, acepto tales
actos.
Park interno a Junsu en un sanatorio mental, bajo un estricto control
médico, Yoochun se hizo responsable de todos los gastos que genere, pues a
pesar de lo sucedido quiere a Junsu y no sería capaz de dejarlo a la deriva. Ni
tampoco tuvo el valor para denunciarlo a la policía. Porque a fin de cuentas
estaba enamorado de ése que era como un chiquillo.
Nunca espero que esto le pasara, nunca creyó que alguien tan inocente
fuera capaz de algo tan atroz como el asesinar a alguien, por conseguir el
“amor” de otra persona.
Fin.