Titulo.- You’re my miracle.
Pareja: Yoosu
Autor: EunKyo
Autor: EunKyo
Genero: Slash, Romance
Extensión: One-shot
Simplemente no podía
dejarlo pasar, esto de conocerte es algo que no aparecía en mis planes, pero
que, sin embargo me alegro pasara. Mi corazón acelerado es algo nuevo para mí,
una nueva experiencia, una magnifica y reconfortarle experiencia.
Te amo y creo que lo haré por siempre, que este sentimiento no cambiara con el paso del tiempo, que solo logrará hacerse más fuerte, más hermoso y más perfecto. Solo pertenece a nosotros, a nadie más. Perderme en tu mirada, en esos dulces ojos miel que me inspiraban ternura y amor; que hacían emocionar mi corazón.
Te amo y creo que lo haré por siempre, que este sentimiento no cambiara con el paso del tiempo, que solo logrará hacerse más fuerte, más hermoso y más perfecto. Solo pertenece a nosotros, a nadie más. Perderme en tu mirada, en esos dulces ojos miel que me inspiraban ternura y amor; que hacían emocionar mi corazón.
Recuerdo aquel día
que nos conocimos, un día de invierno, nevaba ligeramente
y tú temblabas en la banca del parque, no llevabas bufanda y solo traías una
chaqueta ligera; yo que traía un abrigo
y varios suéteres debajo… me acerque y cubrí tu espalda y hombros con él.
Ver tu mirada directamente hizo estremecerme, tus labios se curvaron en una tímida sonrisa. Y mi corazón dio un vuelco. Me atreví a rodear tu cuerpo con mis brazos para aumentar tu calor. Tus labios estaban morados y tu nariz roja. “No lo puedo dejar aquí” pensé.
Ver tu mirada directamente hizo estremecerme, tus labios se curvaron en una tímida sonrisa. Y mi corazón dio un vuelco. Me atreví a rodear tu cuerpo con mis brazos para aumentar tu calor. Tus labios estaban morados y tu nariz roja. “No lo puedo dejar aquí” pensé.
-Vamos, busquemos un
lugar cálido.
-P-pero, yo… tú no me conoces.
-No importa, estas helado y casi muriendo aquí. Por cierto mi nombre es Park Yoochun.- dije extendiendo mi mano hacia él.
-Ohh! El mío es Junsu, Kim Junsu. Un gusto- estrecho mi mano entre las suyas e hizo una pequeña reverencia.
-P-pero, yo… tú no me conoces.
-No importa, estas helado y casi muriendo aquí. Por cierto mi nombre es Park Yoochun.- dije extendiendo mi mano hacia él.
-Ohh! El mío es Junsu, Kim Junsu. Un gusto- estrecho mi mano entre las suyas e hizo una pequeña reverencia.
Caminamos adyacentes
unas cuantas calles, hasta llegar a un café que lucía bastante tranquilo. Estaba nervioso y yo no me quedaba atrás, mi pulso iba presuroso y no
encontraba la manera de calmarlo. Ordenamos
y tomamos asiento, lejos de la entrada y casi al final del lugar, algo
mas intimo, seria la expresión adecuada.
- Y bien Junsu- dije
para comenzar los cuestionamientos.- que hacías en el parque, sin estar lo
suficientemente abrigado?
- Yo, no tengo a donde ir.- su expresión oprimió mi corazón, tanta tristeza en un ángel no es algo que deba suceder. Un ángel, no debe estar triste nunca.
-Tu familia? Un amigo? Nadie…
-No tengo nada ni nadie. Mi padre, mi única familia fue asesinado por apostadores.
-Vaya, pero es peligroso que estés en las calles, ven conmigo. Tal vez es una locura, pero no puedo permitir que te pase algo.
-Pero no te conozco y tu a mi tampoco, que tal si robo tu hogar y escapo.
-Tiempo hay para hacerlo. Confío en que no lo harás; no creo que seas esa clase de persona.
- Yo, no tengo a donde ir.- su expresión oprimió mi corazón, tanta tristeza en un ángel no es algo que deba suceder. Un ángel, no debe estar triste nunca.
-Tu familia? Un amigo? Nadie…
-No tengo nada ni nadie. Mi padre, mi única familia fue asesinado por apostadores.
-Vaya, pero es peligroso que estés en las calles, ven conmigo. Tal vez es una locura, pero no puedo permitir que te pase algo.
-Pero no te conozco y tu a mi tampoco, que tal si robo tu hogar y escapo.
-Tiempo hay para hacerlo. Confío en que no lo harás; no creo que seas esa clase de persona.
En lo que discutíamos
el porqué quería llevarlo conmigo, bebimos un delicioso café caliente. Al
terminarlo nos marchamos rumbo a mi hogar. No podía creer que un chico tan
lindo estuviera solo, que sufriera; los ángeles no sufren, porque él sí?
Miraba todo el lugar con asombro y yo trataba de registrar en mi cerebro cada una de las expresiones de su rostro.
-Es grande y muy bello- dijo al cabo de unos minutos. Mi departamento tenía una hermosa vista de la ciudad. Si, tal vez si era grande para solo una persona y la decoración era minimalista con un toque sobrio.
-Gracias… y bienvenido, de ahora en adelante este también es tu hogar Junsu- le dije sonriendo y sonreí aun mas cuando me abrazo, de manera efusiva.
-Gracias Yoochun-ssi, gracias, muchísimas gracias!- decía una y otra vez, sentir sus brazos rodeándome y sentirlo entre los míos hizo aumentar mi ritmo cardiaco.
-No es nada Junsu, y dime cuántos años tienes?
-Veinte y tú?- contesto separándose de mí y preguntándome con un gesto si podría sentarte en el sofá, a lo que asentí.
-Cuantos crees que tengo?
-hummm 27?- su expresión de duda era solo un lindo pucherito que me enterneció.
-Ahh! Me veo tan viejo?- Junsu negó efusivamente, empezaba a explicar y a disculparse, pero continúe- tengo 22 y no te preocupes, solo bromeaba.
-Entonces eres mi Hyung!, Yoochun Hyung porque simplemente no me dejaste en el parque, porque te preocupaste por mi?- No encontré el motivo o simplemente no se lo quería decir, porque se iría.
-No podría permitir que alguien se quedara en el frio y pudiese enfermar.
-Pero yo… no tengo con que pagarle.
-No tienes porque hacerlo- realmente no tenía que hacerlo, tenía dinero y también trabajaba. El no tendría que hacer nada, solo estar ahí para mí.
-Pero si dices que voy a vivir aquí… tengo que hacer algo para agradecerle.
-Si tanto te empeñas podrías hacer la comida, sabes cocinar?
-Ahh! Solo sé hacer cosas sencillas, pero claro que podre hacerlo.- Dijo sonriéndome con calidez.
-Esta bien… sobre donde dormirás… solo tengo una cama….
- No importa puedo dormir aquí- me interrumpió- es mucho mejor que una banca o el suelo.
-Pero es incomodo… tu dormirás en mi habitación y yo en el sofá. Te parece bien?
-No Hyung, no puedo permitir eso, ya es mucho con que me deje quedarme.- Respondió. Si por mí fuera, que durmiera a mi lado. Pero sería raro, verdad?
- Ya he dicho y así será.
-P-pero Hyunnng!- gimoteo
-Nada de peros.
Miraba todo el lugar con asombro y yo trataba de registrar en mi cerebro cada una de las expresiones de su rostro.
-Es grande y muy bello- dijo al cabo de unos minutos. Mi departamento tenía una hermosa vista de la ciudad. Si, tal vez si era grande para solo una persona y la decoración era minimalista con un toque sobrio.
-Gracias… y bienvenido, de ahora en adelante este también es tu hogar Junsu- le dije sonriendo y sonreí aun mas cuando me abrazo, de manera efusiva.
-Gracias Yoochun-ssi, gracias, muchísimas gracias!- decía una y otra vez, sentir sus brazos rodeándome y sentirlo entre los míos hizo aumentar mi ritmo cardiaco.
-No es nada Junsu, y dime cuántos años tienes?
-Veinte y tú?- contesto separándose de mí y preguntándome con un gesto si podría sentarte en el sofá, a lo que asentí.
-Cuantos crees que tengo?
-hummm 27?- su expresión de duda era solo un lindo pucherito que me enterneció.
-Ahh! Me veo tan viejo?- Junsu negó efusivamente, empezaba a explicar y a disculparse, pero continúe- tengo 22 y no te preocupes, solo bromeaba.
-Entonces eres mi Hyung!, Yoochun Hyung porque simplemente no me dejaste en el parque, porque te preocupaste por mi?- No encontré el motivo o simplemente no se lo quería decir, porque se iría.
-No podría permitir que alguien se quedara en el frio y pudiese enfermar.
-Pero yo… no tengo con que pagarle.
-No tienes porque hacerlo- realmente no tenía que hacerlo, tenía dinero y también trabajaba. El no tendría que hacer nada, solo estar ahí para mí.
-Pero si dices que voy a vivir aquí… tengo que hacer algo para agradecerle.
-Si tanto te empeñas podrías hacer la comida, sabes cocinar?
-Ahh! Solo sé hacer cosas sencillas, pero claro que podre hacerlo.- Dijo sonriéndome con calidez.
-Esta bien… sobre donde dormirás… solo tengo una cama….
- No importa puedo dormir aquí- me interrumpió- es mucho mejor que una banca o el suelo.
-Pero es incomodo… tu dormirás en mi habitación y yo en el sofá. Te parece bien?
-No Hyung, no puedo permitir eso, ya es mucho con que me deje quedarme.- Respondió. Si por mí fuera, que durmiera a mi lado. Pero sería raro, verdad?
- Ya he dicho y así será.
-P-pero Hyunnng!- gimoteo
-Nada de peros.
El tiempo pasó
bastante rápido, ya eran dos meses desde que llego y mis días se volvieron más felices. Llegar cada día después del trabajo era algo
gratificante. Junsu me recibía siempre con una gran sonrisa. Ahora adoraba
estar en mi hogar, con este maravilloso chico junto a mí, enamorándome otro
poco. Haciendo mi corazón enloquecer.
Un día salimos para
comprar ropa. Es en verdad como un niño, tan solo es dos años menor que yo,
pero parece como si tuviera quince. Fue todo un escándalo por todo el centro
comercial, sin embargo no me quejo, me ha cambiado la vida. Nunca disfrute
tanto de cosas tan sencillas como caminar por el parque, ir al cine o a un café
o el simple hecho de estar en casa. Y
con Junsu a mi lado todo era maravilloso, todo cobraba un valor superior y era
más interesante. Mis sentimientos eran
más fuertes y sentía celos cada que salíamos y alguien trataba de coquetear con
él. Con mi ángel. Porque era MIO. Porque yo lo encontré aquel día entre el frio
y la nieve. Entre el sufrimiento y la soledad. Porque fue él quien cambio mi
vida y no yo la de él.
No encontraba la
manera de saber que preferiría como pareja, si una mujer o un hombre… no podría
llegar y decirle que soy gay ó que me gusta, sería fatal, huiría de mí.
Él era tan inocente,
adoraba ese rubor en sus redondas mejillas, al ver una escena de amor en alguna
película. Tenía que mantener mis impulsos, mi autocontrol algún día se iría por
la borda; y robaría un beso de esos labios y uno solo no bastaría para saciar
mis ansias. Solo sería el comienzo… anhelaría muchos miles más.
El tiempo voló,
porque transcurre tan rápido? Un día al llegar del trabajo, encontré el
departamento iluminado por velas. La cena servida y dos copas de vino esperando
a ser bebidas. Junsu salió de la cocina con los acompañantes de la cena. Vestía
casual. Pero lucia tan hermoso y la cálida sonrisa que me brindo fue suficiente
para que suspirara como chiquillo enamorado.
Los abrazos, las
caricias inocentes, nunca faltaban. Así que lo abrace en cuanto estuve lo suficientemente
cerca de él. –Te has lucido, que celebramos hoy, Su? – le cuestione mientras lo
rodeaba con calidez en mis brazos y sentía el fresco aroma que su piel
despedía.
-Celebrar algo? Lo necesitamos Yoochun-ah? –El pelinegro negó con la cabeza- Entonces… solo quiero que disfrutemos, el habernos conocido, que me cambiarias la vida y te lo agradezco desde lo más profundo de mi alma.
-Celebrar algo? Lo necesitamos Yoochun-ah? –El pelinegro negó con la cabeza- Entonces… solo quiero que disfrutemos, el habernos conocido, que me cambiarias la vida y te lo agradezco desde lo más profundo de mi alma.
Yoochun miro una vez
más esas amieladas pupilas, que expresaban más, más de lo dicho por el castaño.
Desbordaba un brillo especial; quiso saber cuál era la razón, pero no rompería
la magia del momento. Sonrió ampliamente y volvió a rodear la cintura del
castaño con mucha más fuerza. Susurrándole las gracias por la cena, por tomarse
el tiempo y por cambiarle a él la vida,
en su fuero interno agradeció al destino, a Dios, a quien fuese responsable de
un suceso tan maravilloso como aquel, de ponerlo en su camino.
La cena paso entre
anécdotas de ese ya casi un año viviendo juntos, platicas cotidianas, lo que
paso en el día de cada uno. Las copas de
vino eran rellenadas cada que su contenido se agotaba de la copa del pelinegro,
pues e castaño apenas y bebió dos. No tenía resistencia al alcohol. Kim se
levanto de su asiento y le pidió a Park que lo siguiera a ese pequeño
balcón. No podían contener los
presurosos latidos de sus corazones. Al rozar la mano ajena, una sensación
electrizante los recorrió por completo.
Salieron, la noche
estaba ya en su esplendor al igual que el manto acompañado de cientos de
estrellas y una luna que radiante brillaba en lo alto. Kim carraspeo antes de
comenzar con lo que sería la primera y la última declaración de amor, que haría en su vida, pues sabía que el pelinegro
era el amor de su vida. –Yoochun-ah, sé que esto puede ser raro, que tal vez después de esto me odies y lo comprenderé
y me marchare del que es tu hogar- Park interrumpió y dijo “Nuestro hogar,
nuestro Susu”, continuo con nerviosismo-
No sé en qué momento, tal vez fuese desde ese instante en que vi tus
orbes oscuras y tan profundas y llenas de calidez. Mi corazón latió como nunca
antes, mis manos temblaban y estoy seguro no era por el frío al que estaba
expuesto. Mordí mis labios al tratar de imaginar el sabor de los tuyos, de esos
gruesos labios aterciopelados…
Park estaba perplejo,
todas y cada una de las palabras eran como sacadas de uno de sus sueños. En los
que ambos se amaban tierna y locamente.
-Cuando empecé a
vivir contigo. Todo cobro sentido, sabía que era lo que sentía por ti no solo
era una atracción física, ni un enamoramiento de adolescente. Yo Kim Junsu Te
Amo a ti Park Yoochun. A ti ese ser
cuasi perfecto. Con sus altibajos, con sus toques sobrios y sus arranques de
infantilismo. Te amo por completo. Y esta noche te pido que… que si no me
correspondes no me odies.- Junsu temblaba y miraba hacia la ciudad, llena de
luces, llena de vida, ajena a las palabras expresadas por el castaño hacia el
pelinegro.
-Junsu, es todo esto
cierto? No estoy soñando? Dime que es real! Necesito creer que es real. Porque
de serlo… no podría odiarte, no podría odiar a la persona que me hizo vivir,
que me revivió y me hizo sentir toda clase de sensaciones. Que se introdujo en
lo más recóndito de mi corazón, que creí olvidado. Que me enseño a amar los
detalles, las sonrisas, las miradas de alguien. Que logro que anhelara los
abrazos, los buenos días, que anhelara cosas tan cotidianas y aún así tan
bellas si venían de ti. Te amo mucho más de lo que puedo expresar Kim Junsu.
Sin prisa y un
nerviosismo a flor de piel. Torpemente se acercaron, miraron en las pupilas del
otro… se vieron reflejados en ellas. Juntaron sus narices en un roce que les
saco una sonrisa… y así, aún sonriendo sus labios fueron cortando la poca
distancia y sintieron los latidos del otro retumbar en sus oídos.
Y una explosión los lleno de alegría, cuando por fin después de callar y acrecentar el sentimiento. Unieron sus labios en un beso que era acompañado por una melodía que solo ellos podían escuchar. La melodía de sus latidos presurosos. Lentamente y sin querer más besaron esos tibios iguales. Sonriendo y algo jadeantes, terminaron su primer beso. Ese que fue místico, mágico y sin igual. Del que la luna, las estrellas y todas las luces de la ciudad fueron testigos mudos.
Y una explosión los lleno de alegría, cuando por fin después de callar y acrecentar el sentimiento. Unieron sus labios en un beso que era acompañado por una melodía que solo ellos podían escuchar. La melodía de sus latidos presurosos. Lentamente y sin querer más besaron esos tibios iguales. Sonriendo y algo jadeantes, terminaron su primer beso. Ese que fue místico, mágico y sin igual. Del que la luna, las estrellas y todas las luces de la ciudad fueron testigos mudos.
Fin. (:
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